Comunidades digitales de enoturismo: panel y visión WinesOf

🍷 Comunidades digitales de enoturismo: cuando el vino encuentra su voz colectiva

La sala estaba llena, pero no de silencio: de expectativa.

En el último Foro de Enoturismo, mientras se acomodaban las copas y las credenciales, algo se sentía distinto. No era solo el protocolo ni la agenda oficial. Había una sensación compartida, difícil de disimular:

el turismo del vino está cambiando… y ya no alcanza con hablar de visitas guiadas o catas al atardecer.

Hoy, la conversación real está en otro lado.

Está en cómo nos encuentran.

En quién cuenta nuestras historias.

Y en qué lugar ocupamos en el mundo digital donde se decide —cada día— qué destino vale la pena visitar.

En ese contexto nos tocó subir al escenario.

Una conversación sin filtros, sin PowerPoint, pero con propósito

Fui quien abrió el panel. Sin guión, sin proyecciones, sin escudos.

Y lo que compartimos allí no fue una charla más.

Fue una toma de posición.

WinesOf compartió espacio con dos mujeres que no necesitan presentaciones, porque su trabajo habla por sí solo:

🔹 Ariadna Luján Martínez, CEO de Corpora, llevó al centro de la escena un concepto que a muchos todavía les incomoda, pero que ya es parte del presente:

la inteligencia artificial está modificando el modo en que viajamos, consumimos y elegimos.

Y el enoturismo, si quiere seguir vigente, no puede seguir mirándola de lejos.

No se trata solo de chatbots o automatizaciones.

Se trata de entender al visitante, anticipar necesidades, conectar desde la relevancia.

🔹 Natalia Pardiñas, de bodega Angel Fallabrino, nos bajó de la nube con una dosis de realidad.

Habló del Fondo DTI y del impacto real que puede tener cuando se utiliza con visión estratégica.

Contó cómo su bodega pudo fortalecer la experiencia de visita, renovar infraestructuras, sumar señalética, diseñar contenidos digitales y animarse a innovar.

No fue un discurso. Fue un testimonio.

Y todo esto tuvo una pieza clave que hizo que el panel fluyera con profundidad y humanidad:

la conducción de Silvina Rosas Labandera, que como presentadora y moderadora del Foro supo hilar cada intervención con una mezcla poderosa de conocimiento profundo del sector, sensibilidad comunicacional y una pasión genuina por el vino y el territorio.

Su rol fue mucho más que moderar.

Silvina dio ritmo, contuvo, cuestionó, conectó.

Transformó una mesa redonda en una conversación honesta.

Tres voces, un mismo horizonte: comunidad, IA e inversión

Lo que pasó en ese escenario no fue casual. Fue síntoma de algo que viene creciendo hace tiempo:

• que la IA no reemplaza lo humano, lo potencia.
• que los fondos públicos pueden ser motores si encuentran plataformas para visibilizarse.
• que las comunidades digitales de enoturismo son el lugar donde todo eso se encuentra.

Una bodega que recibe apoyo institucional necesita contarle al mundo lo que está haciendo.

Una herramienta tecnológica necesita datos reales para tener sentido.

Y una comunidad digital puede —si está bien pensada— organizar, amplificar y conectar.

Ese fue nuestro aporte desde WinesOf.

Llevar al foro la idea de que lo digital no es el enemigo de lo presencial. Es su aliado más estratégico.

Y que no alcanza con “estar en internet”: hay que saber dónde, cómo y para quién.

El enoturismo no empieza cuando llegás. Empieza cuando lo buscás.

Hay algo que se repitió en cada intervención:

la experiencia no comienza en la copa.

Empieza cuando alguien, desde su casa, desde su celular, escribe:

“enoturismo en Uruguay”,

“bodegas cerca de Montevideo”,

“restaurantes con vino local en Colonia”.

Si en ese instante no aparecés, no existís.

Y si aparecés sin contexto, sin propuesta, sin conexión, sos uno más.

En un mundo donde la atención vale más que el vino más caro,

tener visibilidad es tener existencia.

Y eso es exactamente lo que una comunidad digital bien diseñada puede ofrecer.

No desde la lógica del algoritmo, sino desde la lógica del territorio.

¿Qué gana realmente cada actor cuando el sector se conecta?

🍇 Bodegas

Ya no tienen que gritar para ser escuchadas.

Una comunidad bien curada les da contexto, relevancia y continuidad.

Les permite mostrar sus experiencias enoturísticas, visibilizar lo que hacen con los fondos que reciben, y construir relaciones con restaurantes, guías, sommeliers y turistas de verdad.

🍽️ Restaurantes y propuestas gastronómicas

Dejan de ser “un buen lugar para comer cerca de una bodega” y pasan a ser parte del relato.

Desde su carta hasta sus maridajes, cada restaurante local puede integrar su identidad a la narrativa del turismo del vino.

Especialmente cuando cuenta con herramientas accesibles y digitales que lo acompañan.

🎓 Profesionales del vino, guías, comunicadores

Por fin tienen un lugar donde su voz vale.

Donde sus recorridos, sus análisis, sus reseñas y sus propuestas no se pierden en un feed.

Una comunidad digital es, para ellos, una plataforma de posicionamiento profesional.

Un entorno para crecer, para encontrar alianzas, para mostrarse sin tener que disfrazarse.

🏛️ Organismos y programas de fomento

Reciben algo que rara vez tienen: retorno visible de sus inversiones.

Pueden ver, en tiempo real, cómo los fondos aplicados generan mejoras, cómo las experiencias se comunican y cómo las decisiones que toman tienen impacto en el territorio.

También les permite detectar necesidades, ordenar datos y entender dónde están las brechas.

✈️ Turistas y visitantes

No solo encuentran “una bodega”.

Encuentran una historia, una red, una experiencia conectada.

Y eso transforma una visita en una vivencia.

Una búsqueda rápida en una elección consciente.

Lo que todavía casi nadie se anima a decir

El panel también nos dio espacio para abrir preguntas incómodas, pero urgentes:

• ¿Por qué seguimos pensando que accesibilidad es un extra opcional?
• ¿Por qué tanta información está dispersa en redes, listas de WhatsApp y perfiles sueltos?
• ¿Por qué hablamos de emociones, pero no medimos el impacto real del contenido digital en reservas y ventas?
• ¿Por qué la mayoría de los relatos sobre enoturismo en América Latina siguen contándose desde afuera?

Esas preguntas no tienen una sola respuesta.

Pero sí una dirección: hacia la construcción de comunidad.

Porque cuando cada proyecto cuenta con una plataforma para visibilizarse,

cuando los contenidos fluyen entre actores reales,

y cuando el relato se construye desde adentro hacia afuera,

la identidad se fortalece, la red se consolida y el territorio se vuelve visible.

Cuando el panel termina, la conversación sigue

Al terminar, las preguntas no paraban.

Desde “¿cómo puedo publicar lo que estamos haciendo?” hasta “¿puedo sumarme si no soy bodega?”.

Desde “¿hay espacio para mí como guía?” hasta “¿puedo proponer una experiencia combinada con gastronomía local?”.

Y ahí entendí algo que no estaba en el programa:

el Foro fue un punto de partida, no de llegada.

Porque el enoturismo necesita menos discursos y más espacios.

Menos flyers y más comunidad.

Menos silencio… y muchas más voces.

El vino es territorio. Pero también es relato. Y el relato se construye en comunidad.

WinesOf nació para eso.

Para ser el lugar donde las historias del vino —y de quienes lo sostienen—

no se pierdan entre algoritmos ni se diluyan en catálogos vacíos.

Una comunidad digital no reemplaza nada.

Potencia todo.

Y si llegaste hasta acá, tal vez ya lo sabés.

Esto no va solo de tecnología, ni de innovación.

Va de pertenencia.

De orgullo.

De identidad compartida.

De futuro con raíces.

Por eso te esperamos.

Con tu voz, con tu proyecto, con tu historia.

Porque este relato —el del enoturismo que se conecta, se comunica y se cuida—

no puede escribirse sin vos. Sumate a WinesOf