Jesús Rosa

Sudáfrica y el enoturismo reinventado: lecciones para nuestras bodegas

El ejemplo de Stellenbosch; un modelo del que las bodegas pueden extraer valiosas lecciones.

En el corazón de Sudáfrica, a apenas 50 kilómetros de Ciudad del Cabo, Stellenbosch se ha afianzado como uno de los grandes referentes del enoturismo internacional. Entre 2023 y 2024, la afluencia creció más de un 30 %, pasando de unos 15.000 visitantes a cerca de 19.500.


No se trata de turismo masivo, sino de un público altamente selecto, dispuesto a recorrer miles de kilómetros para vivir experiencias enológicas únicas, inmersas en un entorno de calidad, cultura y sostenibilidad.



Más allá del número, lo relevante es el perfil del visitante: viajes largos, alto gasto medio y demanda de experiencias memorables. Y aunque no se han publicado todavía las cifras finales de 2024 para Stellenbosch, el contexto nacional refuerza su potencial: Sudáfrica ha sido reconocida como el destino número uno de enoturismo en el mundo para 2025, con una puntuación de 8,38/10, 279 tours activos y más de 16.000 búsquedas online en el último año. Además, el país cerró 2024 con un +5,1 % en llegadas internacionales (8,92 millones), consolidando al turismo como el 8,8 % del PIB nacional y generando 1,68 millones de empleos.



1. Gastronomía de primer nivel

Delaire Graff Estate es un emblema de Stellenbosch gracias a sus menús y experiencias de maridaje diseñadas para realzar cada vino. Su reputación se ha fortalecido con premios internacionales y menciones en rankings de turismo del vino.



2. Cultura y tradición regional

Spier Wine Farm ofrece algo más que vino: talleres de artesanía, arte contemporáneo, programas comunitarios y actividades culturales que amplían la experiencia y fomentan estancias más largas.



3. Sostenibilidad y naturaleza como valor añadido

Babylonstoren convierte la visita en un paseo por un jardín de más de 8 acres (5 hectáreas) con más de 300 variedades comestibles y prácticas agroecológicas. Un referente en turismo regenerativo que atrae tanto a amantes del vino como a viajeros interesados en la sostenibilidad.


Lecciones para nuestras bodegas


Diseñar menús y maridajes conectados con el territorio y el vino, que inviten a reservar con antelación.


Ofrecer actividades que amplíen la visita más allá de la cata y aumenten la permanencia en la bodega.


Hacer de los huertos, jardines y prácticas regenerativas un pilar de la propuesta.


Alinear cada detalle de la visita con la personalidad de la bodega.


Fidelizar, aumentar el gasto por visitante y proyectar la bodega como destino de referencia.


Fuentes consultadas:

Sobre el usuario

Usuario creador

Jesús Rosa

Especialista en operaciones y automatización con más de diez años impulsando exportaciones, bodegas y ecosistemas digitales. Actualmente orquesto la cadena de valor en Neleman Wines, bodega enclavada en el corazón de las Hoces del Cabriel (Valencia).

Comparto reflexiones sobre vino, productividad y sostenibilidad en The Wine Office (Substack) y en LinkedIn, para visibilizar el valor oculto del trabajo que sostiene cada botella.

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